La Inflación

La inflación

La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios de la economía de un país, con relación a una moneda, durante un período de tiempo determinado.

1. El poder adquisitivo

2. Definición de inflación

3. Tipos de inflación

4. Causas de la inflación

5. Consecuencias de la inflación

6. Políticas de contención de la inflación

7. Cuantificación de la inflación (el IPC)

8. Efecto de la inflación en las magnitudes financieras

1. El poder adquisitivo

La función más importante del dinero es servir como medio de pago de los bienes y servicios que los agentes económicos se intercambian. Por lo tanto, el valor del dinero vendrá determinado por el conjunto de bienes y servicios que se puedan adquirir con él, que a su vez está en función de los precios de esos bienes y servicios. 

Valor del dinero

Es su capacidad adquisitiva, es decir, el conjunto de bienes y servicios que pueden adquirirse con él. Si lo precios suben, el valor de dinero disminuye en la misma proporción.

Pues bien,  esta relación entre el valor del dinero y los precios da lugar al concepto económico de  poder adquisitivo:


El poder adquisitivo es la cantidad de bienes o servicios que pueden

conseguirse con una cantidad de dinero fija según sea el nivel de precios.


De esta forma, una subida de los precios provocará una disminución del valor del dinero, ya que, con la misma cantidad de dinero, se podrá comprar menos bienes y servicios que antes de la subida.  Con ello, queda demostrado que el poder adquisitivo del dinero está fuertemente ligado a la evolución de los precios de los bienes y servicios:

si los precios de los bienes y servicios aumentan, el valor del dinero se reduce

si los precios de los bienes y servicios disminuyen, el valor del dinero aumenta

2. Definición de inflación

Como se ha indicado anteriormente, una subida de los precios hace caer el valor del dinero y, con ello, su poder adquisitivo. Cuando esta subida de precios afecta a un gran número de bienes y servicios, y se prolonga de forma continuada en el tiempo, estamos ante el proceso económico denominado inflación.


La inflación es el aumento generalizado y sostenido de

los precios de los bienes y servicios de la economía de un país, con

relación a una moneda, durante un período de tiempo determinado.


Según esta definición, para que exista inflación es necesario que el aumento de los precios sea:


  • generalizado: el aumento de precios no debe afectar a un sólo producto o servicio, sino a un gran número de ellos; y


  • sostenido: se debe tratar de un proceso continuado en el tiempo; no circunstancial, estacional o aislado.


Y como se ha señalado anteriormente, cuando en una economía existe inflación, el valor del dinero desciende (ya que con la misma cantidad de dinero  se podrá  comprar menos bienes y servicios que antes):


A mayor inflación, menor poder adquisitivo del dinero


El proceso contrario, bajada generalizada y persistente de los precios, se denomina deflación.


La deflación es la disminución generalizada y sostenida de

los precios de los bienes y servicios de la economía de un país, con

relación a una moneda, durante un período de tiempo determinado.


Implica una caída continuada del nivel general de precios, produciendo un aumento del valor del dinero:

A mayor deflación, mayor poder adquisitivo del dinero

Antes de continuar, es conveniente dar a conocer otros términos relacionados con el concepto de inflación:

  • Desinflación: Es un descenso en la tasa de inflación, no de la inflación. Los precios siguen subiendo, pero  a un menor ritmo. Se trata de una desaceleración del incremento de los precios.


  • Reflación: Obedece a una inflación artificial, creada por la autoridad estatal con la intención de   estimular la actividad económica y el empleo. 


  • Estanflación: Situación en la que se da conjuntamente un estancamiento económico con una inflación de precios. Implica la aceleración de la inflación coexistiendo con tasas elevadas de desempleo (se puso de manifiesto  en la década de los 70, con la crisis del petróleo,  rompiendo con la teoría keynesiana).


  • Inflación subyacente:  Es la inflación tomada por el índice de precios al consumo, pero sin incluir   los precios de los productos más inestables: los energéticos (gasolina, electricidad, gas, etc.)  y los alimentos no elaborados (frutas, verduras, etc.). Por este motivo, esta inflación es considerada más precisa.

3. Tipos de inflación

 Según su grado de intensidad se pueden diferenciar tres tipos de inflación:


  • Inflación moderada: Corresponde con un aumento lento y leve de los precios (por debajo del 10% anual). En estas circunstancias, los agentes económicos  mantienen una plena  confianza en la economía del país, tendiendo a depositar su dinero en los bancos y a formalizar contratos de larga duración, ya que existe suficientes garantías de que los precios de los bienes permanecerán relativamente estables.


  • Inflación galopante: Se caracteriza por una subida  rápida y sin límite de los precios (por encima del 10% anual). Como consecuencia, el dinero pierde valor muy rápidamente, generando un nuevo entorno económico en el que:
    • se intenta tener el menos dinero posible, el necesario y suficiente  para realizar las transacciones diarias, ya que éste pierde valor día a día.
    • se tiende a comprar bienes reales e inmuebles para desprenderse del dinero.
    • se procura firmar los contratos con una moneda extranjera más estable .
    • se hace habitual incluir en los contratos cláusulas que garanticen las transacciones para ambas partes.
    • el dinero huye a otros países, reduciéndose o desapareciendo los mercados financieros.

 

  • Hiperinflación: Se da cuando las tasas de inflación sufren un incremento anormal y exagerado (por encima del 100% anual). Esto provoca una pérdida casi absoluta del valor del dinero, una fuerte disminución del poder adquisitivo, un gran descontrol en el nivel de precios  y situaciones de riesgo de quiebra  del sistema monetario.

4. Causas de la inflación. Teorías tradicionales de la inflación

Tradicionalmente, se ha considerado que la inflación es causada por  tres factores:

  • el  comportamiento de la demanda agregada     
  • la evolución de los costes de producción
  • los elementos estructurales de la economía


En base a estos factores, surgieron las principales teorías que pretenden explicar sus causas:


4.1 Inflación de demanda: Según este enfoque, la inflación surge cuando aumenta la demanda agregada y la oferta del sector productivo no es capaz de hacer frente a esa demanda. En este caso, el aumento de los precios se debe a un incremento del consumo que no viene acompañado por una mayor producción; es decir, a un aumento de la demanda no acompañada por un aumento de la oferta.


En otras palabras, la inflación de demanda se da cuando los agentes económicos exigen más cantidad de bienes y servicios de los que la economía puede ofrecer. Si no se consigue aumentar la producción, los precios aumentarán.


Efectivamente, si se demandan más bienes y servicios de los que las empresas son capaces de producir (la demanda es mayor que la oferta), se produce un exceso de demanda (escasez de bienes) que provoca a su vez un aumento del nivel de pracio (ver "La demanda agregada").


La inflación de demanda, también denominada inflación por tirón de la demanda, justifica la subida de precios al exceso de demanda agregada de bienes y servicios sobre su oferta agregada. Tanto monetaristas (Milton Friedman) como keynesianos (J.M. Keynes) coincidían en esta idea: "el exceso de demanda es el factor determinante causante de la inflación". En lo que no coincidían era en las causas que provocaban estos excesos de demanda.


Enfoque monetarista (Milton Friedman): Según los monetaristas, los precios, en el largo plazo, crecen al ritmo de crecimiento del dinero en circulación. Propugnan que el exceso de demanda se debe al aumento del dinero en circulación, por un exceso en su creación por parte de las autoridades monetarias. Efectivamente, si el dinero crece más deprisa que la producción, se provocará un exceso del dinero en manos del público,  incentivándolo a una mayor demanda de bienes y servicios, por lo que estará entonces, el público, dispuesto a pagar mayores precios por comprar los mismos bienes.


Al aumentar  la oferta monetaria, los ciudadanos dispondrán de más dinero, por lo que gastarán más y, por lo tanto, la demanda agregada se expansionará. Si este incremento de la demanda no va acompañado de un aumento de la producción o ese aumento es insuficiente, se provocará, indudablemente, un aumento del nivel de precios.


"la inflación ocurre cuando la cantidad de dinero se eleva apreciablemente en forma más

veloz que como lo hace la producción, y entre más rápido sea el aumento  en la cantidad

de dinero por unidad producida, mayor será la tasa de inflación” (Milton Friedman)


“La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno puramente monetario"

 (Milton Friedman y Anna Schwartz, "Historia  monetaria de los Estados Unidos 1867-1960")

La cantidad de dinero que circula en un país debe corresponder con su volumen de producción, de lo contrario, se generaría un aumento de los precios de los bienes y servicios.


Si en un momento dado, los bancos centrales de un país deciden aumentar la emisión de billetes, poniendo en manos del público mayor cantidad de dinero, y este aumento no se corresponde con un aumento de la producción, los ciudadanos  percibirán que existe más dinero para comprar y vender las mismas cosas, con lo que los precios de todos las productos aumentarán (y el dinero tendrá menos poder adquisitivo).


La creación de más dinero lleva  a aumento de precios, sin tener ningún  impacto en la actividad económica real del país.

 

Enfoque keynesiano: J.M. Keynes (5 junio 1883 - 21 abril 1946) no veía tan claramente esta relación directa entre oferta monetaria y nivel de precios que más tarde defendería Milton Friedman (31 julio 1912 - 16 noviembre 2006). Keynes postulaba que cuando la demanda total excedía de la producción de pleno empleo, tendría lugar un aumento en el nivel de precios. Es decir, el exceso de demanda se generaba cuando la economía alcanzaba plenamente la utilización de todos sus factores, de tal forma que, en esa situación,  ya no era posible producir más bienes. Como consecuencia, los consumidores aceptarían pagar precios más altos por los mismos bienes, provocando de esta forma la subida de precios.


Según Keynes, cuando se produce un aumento de los componentes del la demanda agregada (consumo, bienes de inversión, gasto público o exportaciones netas) por encima de lo que la economía puede producir (y ofrecer), los precios tienden a aumentar. Aquí debemos añadir que este aumento se dará  dependiendo de la situación económica existente en el momento.


Efectivamente, en una situación de pleno empleo, un aumento de la demanda dará como consecuencia un aumento de precios. Sin embargo, en una situación en la que existan recursos desempleados, la relación entre demanda y precios no será tan estrecha, ya que ese aumento de la demanda podría inducir al empleo de esos recursos ociosos y, por consiguiente, un aumento de la actividad económica.


Los keynesianos no aceptan la idea de que la inflación sea un fenómeno monetario. Simplemente se produce cuando la demanda agregada efectiva de bienes y servicios es mayor que la oferta disponible.  Para ellos, la inflación está asociada a sucesivos aumentos de la demanda por encima de la oferta y, por lo tanto, al ser la demanda superior a la oferta, se produce la subida de los precios.

La inflación aparece cuando se da un  aumento de la demanda

agregada que no se puede satisfacer con los productos existentes.


No obstante, esta incidencia del aumento de la demanda agregada sobre los precios dependerá de si la economía del país se encuentra o no en pleno empleo.


La relación entre la oferta monetaria y la inflación ha sido muy discutida entre estas dos escuelas (monetarista y keynesiana). Ambas aceptaban que el valor de las transacciones en una economía debía ser equivalente a la cantidad de dinero en circulación. Pero los keynesianos lo planteaban dese el corto plazo, durante el cual los precios son relativamente rígidos, mientras que los monetaristas lo centraban en el largo plazo, en el que los precios perdían su rigidez y se ajustaban a la oferta de dinero.

 

Debido a esta diferenciación, los keynesianos defendía que la inflación estaba afectada principalmente por variables reales (el paro), mientras que los monetaristas argumentaban que era un fenómeno predominantemente monetario, causado por las variaciones de la oferta de dinero.

4.2 Inflación de costes:  Postura que defiende que la inflación es causada por aumentos  en los costes de los factores de producción (materiales, mano de obra, capital, etc.) que, indudablemente, repercuten en el precio final del producto.


Esta inflación, también denominada inflación por empuje de los costes o inflación de oferta,  se  manifiesta por estar  directamente relacionados el precio final de los bienes y servicios  con los costes incurridos en su producción. Efectivamente, cuando los precios de los diferentes factores productivos aumentan, las empresas, para mantener sus márgenes de beneficios, se verán obligadas a elevar los  precios de los productos y servicios.

La inflación surgida en la década de los 70 era distinta a la generada en la crisis de 1929; no venía de la demanda global, como preveía la teoría de Keynes, sino de los costes de los combustibles (subida del precio del petróleo) que afectaban el aparato productivo y el consumo doméstico. No era una inflación de demanda, sino una inflación de costes.

 (ver "Fin del modelo keynesiano" en el artículo "Modelo keynesiano sobre la Demanda Agregada").

4.3 Inflación estructural: Se trata de una inflación  provocada por los desajustes que sufre una economía de forma persistente. Se suele manifestar en países en vías de desarrollo, específicamente en algunas naciones latinoamericanas, donde coexisten grandes problemas económicos:  baja productividad del sector agrícola,  existencia de mercados imperfectos (fijan los precios a niveles muy superiores a los de la libre competencia),  conflictos entre agentes económicos, desequilibrios en las cuentas del comercio exterior, fijación de precios administrativos para proteger o beneficiar a ciertos sectores sociales,  bajo nivel de desarrollo, etc. Y, por supuesto, todo ello creando grandes desequilibrios en la distribución de la renta.


En todas las regiones afectadas por la inflación estructural han fracasado cualquier política antiinflacionista anteriormente aplicada en los países industrializados con resultados positivos.

Como resumen de todo lo expuesto, podemos afirmar que el origen del proceso de inflación puede iniciarse con la aparición de alguno de los siguientes factores:


  1. aumentos de la demanda agregada

  2. excesos en la oferta monetaria

  3. presiones en los costes

  4. problemas estructurales

Evidentemente, como cualquier otro hecho económico,  una vez puesto en marcha el proceso inflacionista, cada uno de los factores operará sobre los otros formando un círculo en el que se reforzarán mutuamente.


Es por ello, por lo que llega un momento en el que la diferenciación entre inflación de demanda e inflación de costes es muy difícil de concretar, considerándose esta distinción, por algunos economistas, como artificial.

Estos autores defienden que sería más acertado diferenciar distintas fases en el proceso de inflación. Una fase inicial, en la que se observaría claramente una expansión en la subida de los precios, característica pura de una inflación de demanda, para pasar luego a una fase descendente,  con caída de los niveles de producción y empleo, y una constante subida de los precios y los salarios, propias de una inflación de costes. Consideran a esta fase como la de ajuste y estabilización del proceso inflacionario ("Economía: Teoría y política" Francisco Mochón Morcillo).

5. Consecuencias de la inflación

Indudablemente, los posibles efectos de la inflación sobre la economía dependerá de la intensidad de la subida de los precios y de su previsión. Si la subida es moderada y prevista, sus consecuencias no serán muy importantes, pero si son fuertes e imprevistas, los efectos sobre la economía pueden ser muy negativos.


Si bien la principal consecuencia es la pérdida del poder adquisitivo, también existe otra que tiene gran resonancia en la sociedad. Nos referimos a la incertidumbre que se genera en el ámbito económico. Las empresas, ante las expectativas de una subida permanente de los precios, tenderán a  disminuir sus planes de inversiones; es decir, reducirán su producción y, por lo tanto, la demanda de empleo.


A continuación, se relaciona las principales consecuencias que la inflación produce en una economía:

  • Pérdida de poder adquisitivo: Si los precios aumentan más rápido que los ingresos de las familias, éstas perderán capacidad adquisitiva y calidad de vida. Evidentemente, su incidencia será diferente según el grupo social al que se pertenezca. Los pensionistas,  trabajadores, ahorradores, prestamistas y acreedores serán los más perjudicados.


  • Disminución de la competitividad exterior de la economía, ya que al encarecerse los productos nacionales, más difícil será exportarlos.


  • Dificultad de financiación a las empresas, ya que, las entidades financieras, para compensar la pérdida del poder adquisitivo, aumentarán sus tipos de interés.

Tanto ahorradores como prestamistas se verán perjudicados, ya que cuando reciban el dinero que  prestaron (principal más los intereses), la cantidad de bienes y servicios que podrán adquirir será menor.

Los prestatarios y propietarios de bienes patrimoniales se verán beneficiados. Los primeros porque devolverán, en términos reales, una cantidad menor que la que entregaron inicialmente. Los segundos, porque sus bienes se habrán revalorizado con la inflación.

6. Políticas de contención de la inflación

Está claro que para combatir la inflación generada por un aumento de la demanda global, será necesario poner en marcha los mecanismos que provoquen una reducción de dicha demanda.


Para reducir esta demanda agregada, según la fórmula de Keynes    (DA = C + I + G + Ex), será necesario reducir cada uno de sus  componentes:


  • Reducir la demanda de bienes de consumo (C)

La forma más directa para reducir la demanda de los bienes de consumo es subir los impuestos. Efectivamente, la economía doméstica (las familias) consumen en función de su renta disponible, que es la renta que recibe menos los impuestos. Si se aumentan los impuestos, se reducirá la demanda de los bienes de consumo.


  • Reducir la demanda de bienes de inversión (I)

Viene dada por las empresas que demandan bienes de inversión para su producción y que normalmente financian con créditos bancarios. Por lo tanto, si se desea reducir el nivel de inversión, lo más efectivo será subir los tipos de interés (al encarecer el dinero, se solicitará menos cantidad y bajará el volumen de inversión).


  • Reducir la demanda del sector público (G)

Ésta es una decisión presupuestaria, dirigida por el estado y que se traducirá en una disminución del gasto público (menos carreteras, menos hospitales, etc.).


  • Reducir la demanda de los mercados internacionales (Ex)

Para conseguir una reducción de esta demanda será necesario aumentar el tipo de cambio, haciendo más costosas las exportaciones.


Los instrumentos necesarios para aplicar estas medidas  están en manos de los gobiernos, que serán los encargados de su ejecución mediante la política fiscal.


Por otro lado, tenemos la actuación de los bancos centrales, que para contener la inflación de demanda desarrollan los instrumentos de la política monetaria,  mediante la reducción de la cantidad de dinero en circulación, encareciendo para ello el precio del dinero; es decir, subiendo los tipos de interés.


Para el caso de la inflación de costes, también será el estado el encargado de actuar con las llamadas políticas de rentas, controlando los aumentos salariales, las rentas procedentes de alquileres, etc.

7. Cuantificación de la inflación (el IPC)

Para cuantificar la inflación es necesario recurrir a ciertos indicadores que puedan reflejar los cambios experimentados por los precios de los bienes y servicios de un país. A partir de estos indicadores, se elaborará unos índices (que llamaremos índices de precios), que expresarán la variación sufrida por los precios de los bienes durante un período de tiempo.


El índice más utilizado en España para medir la inflación es el Índice de Precios al Consumidor, conocido como IPC. Podemos afirmar que este índice refleja de forma adecuada cómo se ha encarecido la vida, ya que se trata de una media ponderada de los precios de los bienes que suele consumir por regla general una familia media.



El IPC es un indicador del coste total de los bienes y los servicios comprados por la economía doméstica que se utiliza para analizar la evolución del coste de la vida durante un período de tiempo.

El Índice de precios   de consumo   (IPC)    es una

medida estadística de la evolución de los precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España.


El conjunto de bienes y servicios, que conforman la cesta de la compra, se obtiene básicamente del consumo de las familias y la importancia de cada uno de ellos en el cálculo del IPC está determinada por dicho consumo.


A partir de enero de 2002 la metodología del IPC se renovó completamente. Los cambios metodológicos introducidos en este Sistema han hecho del IPC un indicador más dinámico, que se adapta mejor a la evolución del mercado, ya que se pueden actualizar las ponderaciones con más frecuencia. Además, se pueden incluir nuevos productos en la cesta de la compra en el momento en que su consumo comience a ser significativo.

El IPC es elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tomando una muestra de 220.000 precios de 479 artículos, de los cuales informan más de 30.000 establecimientos distribuidos en 177 municipios de todo el territorio nacional. El procedimiento para su elaboración se puede resumir en los siguientes puntos:


  • A través de una encuesta de presupuestos familiares se identifican los bienes y servicios más representativos de la sociedad española.


  • Con los datos obtenidos se elabora una cesta de la compra representativa del gasto medio realizado por los consumidores.


  • Es necesario ponderar estos datos, ya que cada uno de estos bienes y servicios tendrá un peso distinto en función de la parte de la renta que los consumidores dedique a cada uno de ellos.


  • Se adopta un año como año base en el cual los precios de todos los bienes y servicios de la cesta tendrá valor 100. Esto ayudará a los posteriores cálculos necesarios para analizar las variaciones de los precios y su evolución a lo largo de los años.


  • Comparando los índices obtenidos entre dos períodos se podrá calcular la denominada tasa de variación de los precios, cuya fórmula obedece a la siguiente expresión:


Tasa de variación de los precios = (IPC1 - IPC0) / IPC0 x 100

donde IPC0 es el índice del período inicial y  IPC1 el del período final

 


Si la tasa arroja un porcentaje positivo (cuando IPC1 es mayor que IPC0) determinará un incremento de precios. En caso contrario, porcentaje negativo (cuando IPC1 es menor que  IPC0), significará que se ha producido una disminución de los precios.


El concepto de IPC está más ampliamente tratado en el artículo IPC Índice de Precios al Consumo, donde se explica cómo se elabora y cómo funciona, mediante  un ejemplo práctico.

8. Efecto de la inflación en las magnitudes financieras

Los aumentos y disminuciones de los precios de los bienes y servicios de una economía tienen sus efectos sobre las distintas magnitudes financieras, especialmente, sobre las principales variables utilizadas en el análisis de los proyectos de inversión, como los flujos de caja,  el VAN, la TIR y la tasa de descuento.


Efectivamente, a la hora de calcular el VAN de un proyecto, debemos tener en cuenta si en la elaboración de las proyecciones de los flujos de caja se ha considerado el efecto de la inflación. Si es así, es decir, si los flujos de caja están en términos nominales, corresponderá aplicar una tasa de descuento nominal kn  (que incluye el efecto de la inflación), obteniéndose un VAN nominal. 


En caso contrario, si los flujos de caja se han calculado sin considerar el efecto de la inflación (en términos reales), corresponderá aplicar una tasa de descuento real kr (que no contempla la inflación), dando lugar al VAN real (se recomienda ampliar esta información con el artículo "La inflación en el cálculo del VAN".


Pues bien, en el caso de que se considere una inflación constante y que tanto los cobros como los pagos que conforman los flujos de caja, varíen al mismo ritmo de la inflación, el valor del VAN no variará, se contemple o no la inflación. Es decir, el valor del VAN no dependerá de la inflación, siendo el VAN nominal (que considera la inflación) igual que el VAN real (que no considera la inflación). Se recomienda leer el artículo "Efecto de la inflación en el VAN y la TIR", donde, a través de un ejemplo, se demuestra esta circunstancia.


No ocurre lo mismo con la TIR, que dará valores diferentes cuando se calcule con flujos de caja nominales y con flujos de caja reales, aunque sí hay que advertir que la tasa de descuento con la que se deberá comparar (para saber si el proyecto es viable) será diferente: la TIR nominal deberá compararse con la tasa de descuento nominal y la TIR real con la tasa de descuento real (en el artículo "Efecto de la inflación en el VAN y la TIR", está más ampliamente explicado).


Evidentemente, la inflación también afecta a las magnitudes económicas, como el Producto Interior Bruto (PIB), dando lugar al PIB nominal y al PIB real, según se considere o no el efecto de la inflación (puede contemplar este efecto en el artículo "El PIB").


Asimismo, afecta a los impuestos, ya que los que sujetan las rentas a una escala de tipos de naturaleza progresiva, como es el caso del IRPF, quedan alterados por la inflación de tal forma que el contribuyente se ve obligado a pagar una cuota más alta de la que corresponde a su capacidad económica. Es, por ello, por lo que es necesario deflactar el IRPF para evitar una subida encubierta de impuestos.

Poder adquisitivo

Cuánto puedo comprar con mi dinero

Cantidad de bienes que se pueden adquirir con una cierta cantidad de dinero.

El nivel general de precios es una medida global de los precios de los diversos bienes y servicios en un momento determinado.

Cuando el nivel general de precios aumenta, se produce el fenómeno conocido

como inflación

Inflación

Subida generalizada y continuada de los precios de una economía.

Deflación

Descenso generalizado y continuado de los precios de una economía.

Estanflación

Simultaneidad de elevada inflación, altos niveles de  desempleo y  estancamiento.

Tipos de inflación

  • Moderada
  • Galopante
  • Hiperinflación

La inflación de demanda

surge cuando la cantidad de bienes y servicios demandados (demanda agregada) es superior a la capacidad productiva de la economía (oferta agregada), provocando la subida de precios.

Inflación de demanda o

inflación por tirón de la demanda

Cuando la demanda agregada es mayor a la oferta disponible el precio tiende a subir

Milton Friedman



Monetaristas

La subida de la cantidad demandada es debida al aumento del dinero en circulación por encima del crecimiento de la producción.

J.M. Keynes


Según Keynes, la Demanda global o Demanda agregada (Da), está formada por la demanda de bienes de consumo (C), la demanda de bienes de inversión (I), la demanda del sector público (G) y la demanda de los mercados internacionales (Ex)


DA = C + I + G + Ex

Pleno empleo

Situación en la que todos los recursos productivos de una economía están completamente utilizados.

La inflación de costes

Si aumentan los costes de los factores productivos, los fabricantes trasladarán esa subida a los precios de venta.

Evaluación de las teorías tradicionales de la inflación

"Economía: Teoría y política" Francisco Mochón

"En términos reales"

Cuando existe inflación (o deflación) debe distinguirse entre:


Valores nominales 

Los que llevan incorporado el efecto de la inflación (o deflación).


Variables reales

Los que se obtienen descontando el efecto de la inflación o deflación.

Es el valor nominal, después de efectuar la corrección de la variación de precios

 Demanda global o

Demanda agregada 


DA = C + I + G + Ex

El artículo

 IPC (Índice de Precios al Consumo)

tiene un contenido más amplio sobre este concepto.

El Índice de Precios de Consumo (IPC)

es una medida estadística de la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España.

 Media ponderada de los precios

Cada producto tiene un peso diferente en la cesta de la compra en función de la proporción de gasto que las familias destinan al mismo.

Después del IPC,  el  indicador más utilizado para medir el nivel de precios del conjunto de una economía es el denominado  deflactor implícito del PIB.


Se suele utilizar en la Contabilidad Nacional y   permite estimar el poder adquisitivo de una sociedad, analizar el comportamiento de la economía de un país e incluso,  utilizarse como   factor de ajuste salarial y financiero.

Tanto el VAN, como la TIR, la tasa de descuento y los flujos de caja pueden venir expresados en términos nominales o en términos reales, según se contemplen o no en sus cálculos el efecto de la inflación.