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Política Fiscal: Conjunto de medidas e instrumentos que utiliza el Estado para la obtención de ingresos (principalmente, mediante la recaudación de impuestos) y la aplicación del gasto público con el fin de obtener un crecimiento de la producción, reducir el desempleo y alcanzar la estabilidad de precios.
3. La Política Fiscal
3.1. Instrumentos de la Política Fiscal
3.2. Tipos de Política Fiscal
3.2.1. Política Fiscal Expansiva
3.2.2. Política Fiscal Restrictiva
El objetivo principal de la política fiscal es estimular el crecimiento de la economía y protegerla ante las posibles fluctuaciones de los ciclos económicos.
Todo esto se concreta en la elaboración y ejecución del gasto público y la obtención de los ingresos públicos materializados, fundamentalmente, en la recaudación de impuestos.
Política fiscal: Rama de la política económica que configura el gasto público y los impuestos, con el objetivo de mantener la estabilidad de la actividad económica y contribuir a su crecimiento, mediante el control del empleo y la inflación.
3.1 Instrumentos de la Política Fiscal
Para que exista equilibrio en la economía de un país es necesario que su oferta agregada (la producción) coincida con su demanda agregada.
Sin embargo, las variaciones que sufren tanto la oferta como la demanda agregada, hacen que existan grandes dificultades para que esta situación de equilibrio se mantenga de forma permanente en el tiempo con el simple funcionamiento del mercado, dando lugar a fluctuaciones económicas: cuando la demanda es insuficiente se provocará un aumento del desempleo y cuando es excesiva una elevación de los precios (inflación).
Para restablecer la situación de equilibrio será necesario la participación del Estado, que mediante las distintas políticas económicas intentará recuperar las tasas naturales de producción, precio y empleo.
Valor total de bienes y servicios (producción) que las empresas de un país están dispuestas a producir para cada nivel de precios, durante un período de tiempo determinado.
Valor total de gastos en bienes y servicios que los agentes económicos (consumidores, las empresas y el Estado) están dispuestos a comprar para cada nivel de precios, en un periodo determinado de tiempo.
Efectivamente, mediante la aplicación de la política fiscal, el Estado tratará de influir en la economía del país, controlando el gasto y los ingresos de los diferentes sectores y mercados con el objetivo de alcanzar su política económica.
Mientras que el Gasto Público comprende todos aquellos gastos que realiza el sector público de un país, a lo largo de un año, para desarrollar su función económica, los Ingresos Públicos son los recursos que el Estado y otros entes públicos obtienen para financiar los gastos públicos.
Dentro de los ingresos públicos destacan los tributos (prestaciones dinerarias que los ciudadanos están obligados a pagar por ley). A su vez, los tributos engloban las tasas, las contribuciones especiales y los impuestos, siendo estos los más importantes, ya que es a través de ellos como se obtienen la mayoría de los ingresos públicos.
Impuestos: cantidades que se exigen sin contraprestación, y que se fundamentan en hechos que ponen de manifiesto la capacidad económica del contribuyente.
El Estado dispone de dos instrumentos con los que puede intentar acelerar o frenar la actividad económica del país: el gasto público y los impuestos
3.2 Tipos de Política Fiscal
La variable fundamental que mueve la actividad económica es la demanda agregada (DA), que está formada por la demanda de bienes de consumo (C), la demanda de bienes de inversión (I), la demanda del sector público (G) y la demanda de los mercados internacionales, también conocida como las Exportaciones netas (X-M).
Componentes de la Demanda Agregada
DA = C + I + G + X - M
La teoría macroeconómica de Keynes puso de manifiesto que las medidas de la política fiscal influyen, en gran medida, en las variaciones a corto plazo de los precios y del empleo, y que es mediante esta fórmula de la Demanda agregada como se puede combatir los principales problemas que tiene cualquier economía: la inflación y el desempleo.
Efectivamente, cuando la demanda agregada es insuficiente (la cantidad de productos que se demandan es inferior a la que se ofrece), disminuyen las ventas y, por lo tanto, baja la producción, con lo que se pierden puestos de trabajo y se genera desempleo.
Al contrario, cuando existe un exceso de demanda (la cantidad de productos que se demandan es superior a la que se ofrece), por la ley de la oferta y la demanda, se provoca una elevación de los precios y se genera inflación.
Pues bien, dependiendo del problema con los que se enfrente la economía de un país (desempleo o inflación), el Estado tomará medidas totalmente diferentes dentro de su política fiscal:
- Para hacer frente al desempleo el Estado responderá con un recorte de los impuestos, un incremento del gasto público, o ambas medidas simultáneamente.
- Para hacer frente a la inflación, aplicará medidas de signo contrario: aumento de los impuestos y/o disminución del gasto público.
Estas dos formas, totalmente contrarias, de aplicar la política fiscal son conocidas como:
Obviamente, existe una tercera que consiste en no aplicar ninguna de estas medidas extremas:
Evidentemente, dependiendo de la situación económica en la que se encuentre el país (en expansión, en recesión o en estabilidad económica) el gobierno aplicará cada una de estas políticas fiscales.
3.2.1 Política Fiscal Expansiva
Como se ha indicado anteriormente, cuando la demanda agregada (demanda total de una economía) no es suficiente para adquirir todo lo que la economía es capaz de producir (oferta agregada), existe capacidad productiva sin utilizar y, por lo tanto, se produce desempleo.
Para eliminar este desempleo, el gobierno tendrá que aumentar la Demanda Agregada a través de sus componente (Consumo, Inversión, Gasto y Exportaciones netas) y para ello, como ya se ha dicho anteriormente, dispone del control del gasto público y de los impuestos con distintas posibilidades de actuación: aumentar el gasto público, reducir los impuestos o ambas medidas simultáneamente.
Evidentemente, con la aplicación de estas medidas (aumento del gasto público y disminución de los impuestos), además del aumento del empleo, se generará déficit público y, posiblemente, inflación.
La bajada de impuestos también se puede conseguir: a) estimulando la inversión privada mediante bonificaciones o exenciones fiscales; b) aplicando incentivos fiscales para estimular la demanda de los no residentes, con lo que se consigue aumentar las exportaciones netas (diferencia entre las exportaciones y las importaciones).
La política fiscal expansiva suele aplicarse cuando la economía está atravesando un período de recesión o de crisis y, por consiguiente, está sufriendo un alto nivel de desempleo.
Podemos observar este efecto de la Política fiscal expansiva gráficamente, donde P representa el nivel de precios y Q la cantidad de producción.
Partimos de unas curvas de Oferta agregada OA y de Demanda agregada DA1 con un punto de equilibrio E.
El aumento del gasto público o la reducción de impuestos provocará un incremento de la Demanda agregada, desplazando su curva hacia la derecha (de DA1 a DA2), desarrollándose un exceso de demanda, ya que al precio pe la demanda ahora es q1, mientras que la Oferta agregada permanece en qe.
Es decir, un aumento de la Demanda agregada puede mejorar la producción (aumenta de qe a q1) y, por consiguiente, el empleo, pero también puede elevar los precios (de pe a pe´), con el consiguiente riesgo de inflación.
Las medidas más destacadas de la política fiscal expansiva son:
aumentar el gasto público y reducir los impuestos.
Suelen aplicarse cuando la economía está atravesando un período de recesión
o de crisis y, por consiguiente, está sufriendo un alto nivel de desempleo.
Una de las críticas que más recaen sobre la política fiscal expansiva es que su aplicación implica incurrir en déficit público, ya que con ello aumenta la deuda del Estado, generando intereses (más gastos) para los próximos años.
Por este motivo, los monetaristas defienden la política fiscal neutral, donde prevalece el principio de equilibrio presupuestario. Según esta corriente, si en algún momento es necesario aumentar el gasto público, también se deberá subir los impuestos, para mantener de esta forma el equilibrio presupuestario.
Por otra parte tenemos a los keynesianos, que ante períodos de recesión económica y existencia de desempleo, defienden el aumento del gasto público para reactivar la economía y generar empleo, a pesar de que se genere déficit público. Reconocen que este déficit debe equilibrarse, pero abogan a que se realice en los años siguientes, a lo largo de los ciclos económicos, compensando la deuda originada en la fase recesiva con el superávit creado en el período de bonanza económica (evidentemente, todo esto dependerá del nivel de deuda acumulada que tenga el país en ese momento).
Hay que señalar, que la pertenencia a la zona euro limita la posibilidad de aplicar, de forma continuada, las políticas expansivas, ya que el Pacto de estabilidad establece límites al déficit y a la deuda pública.
3.2.2 Política Fiscal Restrictiva
Cuando hay un exceso de demanda, la cantidad de productos que se desean comprar es superior a la que se ofrece; a la que se produce (a la Oferta agregada). Como consecuencia de esta situación, existe riesgo de subida de precios (inflación).
Para paliar este riesgo, el gobierno puede contraer la demanda utilizando los mismos instrumentos que la política fiscal expansiva (gasto público e impuestos), pero en sentido contrario: reducir el gasto público, aumentar los impuestos o ambas medidas simultáneamente:
Evidentemente, con la aplicación de estas medidas (disminución del gasto público y aumento de los impuestos), además de la disminución de la producción y la bajada de los precios, se generará superávit público y, posiblemente, disminución del empleo (desempleo).
Podemos observar este efecto de la Política fiscal restrictiva gráficamente, donde P representa el nivel de precios y Q la cantidad de producción.
Partimos de unas curvas de Oferta agregada OA y de Demanda agregada DA1 con un punto de equilibrio E.
Una reducción del gasto público o un aumento de los impuestos, provocará una disminución de la Demanda agregada desplazando su curva hacia la izquierda (pasando de DA1 a DA2), con lo que la producción se reducirá (de qe a q1) y con ella el empleo y la inflación.
Es decir, una disminución de la Demanda agregada puede reducir la inflación (de pe a pe´) , pero también puede disminuir la producción (pasando de qe a q1) y por consiguiente el empleo.
Las medidas más destacadas de la política fiscal restrictiva son:
reducir el gasto público y aumentar los impuestos.
Suelen aplicarse cuando la economía está atravesando un período de
bonanza y, por consiguiente, con alto riesgo de aumento de la inflación.
La política fiscal restrictiva se suele aplicar cuando la economía se encuentra en un período de excesiva expansión o en situación inflacionista, provocada por un exceso de demanda agregada.
Evidentemente, estas medidas son impopulares para las economías domésticas, implicando además una reducción de obras públicas, becas, ayudas y subvenciones.
Resumiendo
Como hemos podido comprobar en este apartado, los mecanismos, objetivos y efectos de la
política fiscal expansiva
(para luchar contra el desempleo)
son los contrarios a los de la
política fiscal restrictiva
(para luchar contra la inflación)
Las políticas fiscales necesarias para combatir el
desempleo y la inflación son completamente opuestas
Por lo tanto, podemos afirmar que este modelo (modelo keynesiano) resuelve los problemas de la estabilidad económica, siempre que inflación y desempleo no coexistan.
Efectivamente, el desempleo se debe a una insuficiencia de la demanda, y esta insuficiencia provoca que los precios bajen. Es decir, no coexistirán desempleo e inflación. Por otra parte, si hay inflación es porque hay un exceso de demanda y este exceso provocará mayor producción y, por lo tanto, aumentará el empleo. Es decir, no coexistirán inflación y desempleo.
De esta forma, la teoría macroeconómica de la demanda agregada de Keynes manifestaba que las medidas de la política fiscal tienen una gran influencia en las variaciones a corto plazo de la producción, el empleo y los precios.
Sin embargo, cuando en 1973 se disparan los costes de producción, con motivo del crecimiento de los costes de la energía (petróleo), se provoca, por primera vez en la historia económica moderna, una situación en la que coexisten desempleo e inflación y, por lo tanto, la fórmula de Keynes deja de ser útil para explicar este nuevo entorno económico.
Esta nueva situación, conocida como estanflación, en la que se da conjuntamente un estancamiento económico con una inflación de precios, puso en tela de juicio la teoría de Keynes.
Las medidas de la Política Fiscal se estructuran en los Presupuestos Generales del Estado
La oferta agregada representa la producción de un país; es decir, su PIB.
La demanda agregada representa el consumo, la inversión y las exportaciones netas.
En equilibrio macroeconómico (igualdad entre la demanda agregada y la oferta agregada), la demanda agregada coincide cuantitativamente
con el PIB. De hecho, se puede calcular con el mismo método del PIB desde la perspectiva del gasto.
(véase el apartado 3.3 del artículo "El PIB")
Nota: mientras que la Demanda Agregada hace referencia a las expectativas de gastos de un país, el PIB muestra el gasto realmente realizado.
La fuente principal de los ingresos públicos son los distintos tipos de impuestos.
Exportaciones netas
Diferencia entre las exportaciones y las importaciones.
Demanda agregada insuficiente
Cuando la Demanda total de la economía no es suficiente para adquirir todo lo que se produce (Oferta agregada)
Exceso de Demanda agregada
Cuando la Demanda total de la economía es superior a lo que se produce (Oferta agregada)
Política Fiscal Expansiva
Para luchar contra
el desempleo.
Política Fiscal Restrictiva
Para luchar contra
la inflación.
La Política fiscal expansiva generará déficit público (el gasto público es superior a los ingresos públicos) y obligará a recurrir a la emisión de deuda pública para financiar dicho déficit.
La Política fiscal expansiva se caracteriza especialmente por el aumento del gasto público y la reducción de los impuestos.
En síntesis, la Política fiscal expansiva consiste en la utilización de los impuestos y el gasto público para estabilizar la economía.
La Política fiscal restrictiva
Consiste en la utilización de los impuestos y el gasto público para estabilizar los precios.
Como consecuencia de su aplicación, se reduce el consumo y la inversión, generándose superávit público y, posiblemente, una disminución del empleo.
Para combatir la inflación se utilizan políticas totalmente contrarias a las planteadas para combatir el desempleo.
Para ampliar sobre este tema, se recomienda leer
"Fin del modelo keynesiano"
del artículo
marzo 2018
Ir al siguiente capítulo: 4. La Política Monetaria
1. Definición de Política económica 2. Objetivos y tipos 3. La Política Fiscal 4. La Política Monetaria